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Rusia-Ucrania: entre la guerra prolongada y el desgaste estratégico de Occidente

Tras más de tres años de guerra, el conflicto entre Rusia y Ucrania ha entrado en una fase de estancamiento violento, con líneas de frente casi inmóviles, pero con un incremento constante en el uso de drones, ataques cibernéticos y sabotajes a infraestructura crítica. Mientras tanto, en Occidente, comienza a surgir una fractura política interna sobre el coste de continuar con el apoyo militar indefinido a Kiev.

Esta semana, el gobierno ruso anunció avances tácticos en la región de Donetsk, acompañados por bombardeos sobre centros logísticos ucranianos. A la vez, informes no confirmados indican que Ucrania ha intensificado sus ataques en territorio ruso, especialmente en regiones fronterizas, lo que Moscú ha calificado como “acciones terroristas patrocinadas por la OTAN”.

En Estados Unidos, el apoyo financiero a Ucrania se ha convertido en un tema de polarización política de cara a las elecciones presidenciales de noviembre. Mientras el Ejecutivo insiste en la necesidad de mantener la presión sobre Rusia, sectores del Congreso principalmente republicanos


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exigen reevaluar la estrategia y priorizar temas domésticos. En Europa, el cansancio ciudadano comienza a traducirse en protestas, particularmente en Alemania, Francia e Italia, donde la inflación energética y la falta de resultados visibles en el campo de batalla generan un creciente escepticismo.

Por otro lado, China y otros países del llamado “Sur Global” continúan jugando un papel ambiguo. Si bien oficialmente promueven la paz, sus relaciones comerciales y diplomáticas con Rusia se han intensificado, desafiando el orden internacional liderado por Occidente. El Kremlin ha comenzado a presentarse como un polo de resistencia contra lo que denomina “el hegemonismo occidental”, un discurso que gana eco en ciertos espacios políticos del mundo en desarrollo.

¿Se dirige el conflicto hacia una congelación de facto, al estilo de Corea del Norte y del Sur? ¿O estamos ante una guerra que podría reactivarse con mayor intensidad si cambia el liderazgo político en Washington o Bruselas?

En Laboratorio360, seguimos monitoreando este conflicto no solo como una disputa territorial, sino como el reflejo de una transformación profunda del orden global. Más que un frente militar, lo que está en juego es el equilibrio de poder del siglo XXI.

 
 
 

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